Situemos la acción, Sábado 4 de febrero 15:50 salgo de mi casa que no veas si hacía frío, más frío que en la comunión de pingu. Llego a la hora que habíamos quedado a casa de Acosta, alias “el Harry” y como de costumbre no estaba preparao. Entro y no he visto una casa más oscura a las 4 de la tarde, allí ¿a que no sabéis que vi? Muy fácil a los padres de Harry viendo una película en el sofá tumbados cruzados y Acosta que estaría en el tuenti despidiéndose de sus amigas “que es meste que compres otro alpiste Acosta porque ese por mucho que echas nada” XD. Bueno ya íbamos tarde y pa´colmo se le olvida la entrada por lo que tuvimos que volver. Cuando llegamos a casa de Paco serían ya las 4 y media, hora a la que habíamos quedado en casa de Ginés. En casa de Ginés estaban él y Guareño esperándonos y subimos arriba donde nos recibió el padre, igual que Ginés pero más grande. Que basto, más doble que un armario empotrao cuando me dio la mano le tuve que dar yo las dos, fue a tomar café mientras esperábamos en el salón y a las 5 de la tarde salimos hacia Sevilla.
Nos montamos en el coche, un coche de siete plazas “Autocares Ginés” y Acosta el rata quería darle la tarjeta del autobús, pero dijo Ginés que no, que en efectivo. Al montarnos Paco decía que atrás no le gustaba, que se mareaba, ¡como se comió el pan!. Y el camino hacia Sevilla escuchando El Barrio para ponernos en situación. Nos bajamos en el hotel Los Lebreros, frente al Corte Inlgés y Acosta y Guareño nos dijeron que habían visto a un “viaje de hippies” palabras textuales. Fuimos haber que había y aquello estaba lleno de fashion preguntando: ¿entráis en la Abril? Pero vamos a ver niño pélate bien que es lo que tienes que hacer, con los pelos esos que parecen un cepillo de dientes. Allí Francisquito y Juan Ayala como en su casa, no te digo más.
Bueno, nos fuimos nada más ver el percal y fuimos a Nervión a pasar el rato mientras llegaba la hora del concierto. Echamos una vuelta por el centro comercial, merendamos en el Mc Donald y fuimos al Gambrinus. Ojú, no me quiero ni acordar, entramos (más vacío no podía estar aquello) y nos dirigimos hacia la barra. ¿Qué queréis nos pregunta el gachón? Un Coca-Cola para cada uno, ea hasta ahí todo bien pero cuando se va a cobrar dice 1,60!! Cuánto? 1,60. Se nos descompuso la cara, nos vería cara de tontos o algo, en fin que nos hizo trash trash por detrás y nos sentamos con cuidaito porque no veas la clavada. Luego llegaron Acosta y Ginés que estaban fuera y Acosta se quería pedir una litrona, ese se creía que estaba anca Currón. Estuvimos viendo el Betis y le dijimos al guay que le diera voz y le dio a tope pero pa´mi que eso estaba en mute porque eso no se escuchaba.
Cuando acabó la primera parte del Betis, en la que ya iba perdiendo por supuesto, nos fuimos andando desde Nervión hasta el Palacio de deportes de San Pablo donde era el concierto. Llegamos y la cola era interminable, allí la gente con las mantas, las botellonas… Y nosotros venga para atrás y para atrás, hasta que llegamos al final, que estaba casi en la puerta de Nervión, no estaba lejos eso. Era más larga que la mili de Rambo, ojú con dios mío. Y ya esperar era lo que quedaba. Una hora y algo esperamos hasta que por fín entramos, nos dieron el sombrerito y nos pusimos con Manolo, Bollito y Ramón (pmc).
Allí namá que hacían meterse con Acosta el pobre. Durante la espera la gente inflando condones y tirándolos allí como si fuesen globitos, y pensaba yo: no tiene que f…… aquí poco la gente. Y poco después vimos lo mejor de la noche, ni barrio ni poya, la del pantaloncito rosa, ¡¡¿ya tas corrió?!! No pero casi, no veas la niña, que barbaridad chiqui, bueno vamos a seguir que me liais y no me vais a liar. A las 22:00 puntual empieza el concierto y el Selu sale al escenario. ¡Qué locura!.
Increíble todo el concierto, un ambientazo espectacular y una pechá de cantar que no veas, el día siguiente todos roncos. Todo el mundo con los gorros y los móviles grabando más apretaos que las tuercas un submarino pero no pasaba nada, la cuestión era pegar saltos y cantar a tope durante dos horas. En fin que el concierto estuvo de lujo, no esperábamos menos de nuestro amigo el Selu, aunque el nota cuando cantó la última se fue ligero y puso el reparto en la pantallita como si fuese una película, eso significa: “pa´vuestras casas chavales” y nosotros nos fuimos.
Al acabar el concierto salimos todos juntos para no perdernos aunque perderse no era fácil porque iba Guareño dejando un rastro de sudor que no veas, iba a encharcar todo aquello. Nos encontramos con mi madre y la de paquito que dos personajes, y a echarnos fotos con la familia. Mientras estábamos allí con las fotitos liaos un guay deja caer un plasma que había allí. Vino el guardia de seguridad, se va para él y le dice ven acompáñame “champeon” ¿te gusta a ti tirar plasmas no? Y yo creo que se le quitaron las ganas ya.
En fin, salimos y ahí es cuando ya nos dio un ataquito o algo, parecía que estábamos to´ciegos y no habíamos bebido nada. Allí grabamos un video de nosotros cantando por las calles mientras esperábamos al padre de Ginés, cuando lo llama el padre. Eaa, se hizo el silencio, todos pensando que se había borrado el video pero cuando Ginés dijo que se había guardado todos bailando, saltando y Paco ya ahí se volvió loco, empezó a hacer paketo, criminá las rodillas dando en el suelo y más doblao que paketo incluso, y eso que es difícil “Que pexá reir juan”.
En el coche de vuelta todos reventaos aunque luego nos fuimos a las botellonas. Nos paramos en el Mammamia a comernos unas pizzas y el tío de allí nos pregunta ¿Qué venis del concierto de El Barrio? El chabal es listo yo no se si tendría algo que ver que llevábamos todos los sombreritos, no creo que fuera por eso… Y dándonos consejitos, ustedes se tenías que haber quedado en Sevilla, ¿no estudies tanto? ¿No me veis a mi? Mira ni la ESO y mira como estoy, un triunfador, que chabal.
Luego otro personaje, el portero de las botellonas, que no nos dejaba el sombrerito. Pero el tio to´tranquilo dice: es que os voy a tener que echar como es vea más con ellos. Y nos fuimos de allí pa´nuestras casas. Y lo último ya fue criminal, mientras esperábamos al padre de Guareño en la parada, con Paco cagandose, viene “la canija pinzonera” en un coche y nos pregunta: ¿la calle de las Postas? Le respondemos y empieza a reírse, que arte tienes hija… Y los dos de atrás parecía que estaban escondíos porque les daba vergüenza ¡normal con esas tetitas!.
Bueno pues después de esto cada uno para su casa y aquí acabó todo, ahh sin olvidar la presencia de nuestro amigo Pedro Mata quien está en karate y ya sabe defenderse. Bueno espero que os haya gustado y ya sabéis si quieres vivir experiencias como esta no lo dudes, hazte de El Código.
Aquí os dejo un reportaje de fotos y vídeos del concierto, los videos no se ven muy bien pero escuchadlos:
